Me llamo Lucía. Alguna vez me hice llamar Milena. Pero no, me llamo Lucía, tengo 34 años, transité la infertilidad, y con ella vinieron mil problemas más... todavía los padezco... necesito contarlos y compartirlos. Gracias por estar ahí.

jueves, 19 de enero de 2012

Las otras marcas

Las cirugías por las que pasé dejaron muchas marcas, las más difíciles de llevar sin duda fueron las que me dejaron en el estado de ánimo, en la cabeza, en el pensamiento, en los sentimientos. Pero además, quedaron otras... pocos días después de salir de allí, escribía esto:
Las muñecas moretoneadas, agujereadas, marcadas por las agujas que entraron mal o no entraron. Una flebitis dolorosísima en el brazo izquierdo, en donde la aguja sí entró y se quedó en forma de vía durante 5 largos días. La carne entumecida y contracturada. La piel seca que se va cayendo de a trozos a la par que saco los últimos restos de la cinta adhesiva que sostenía las vendas y los apósitos. La boca llagada por la sonda, la garganta dolorida por lo mismo, la piel de la cara lastimada por tanta venda sosteniendo esa misma sonda. Una herida cicatrizando con dos agujeros por donde salían los drenajes, y otra vez el pliegue de la carne que disimula cada vez peor una cesárea y dos cirugías más. Los dolores post quirúrgicos de la zona operada, la contractura del hombro por el dolor del peritoneo, los dolores de siempre o los nuevos, que nunca sé si son señal de otra cosa peor o son normales y esperables. Un dolor renal que no sé si es tal. La paranoia constante y la angustia sin límites. La sensación de que esto no termina nunca. La sonda vesical colgando, arrastrándose conmigo por los pasillos. Estas, todas estas, son las marcas "menores" de lo que me tocó vivir.