Me llamo Lucía. Alguna vez me hice llamar Milena. Pero no, me llamo Lucía, tengo 34 años, transité la infertilidad, y con ella vinieron mil problemas más... todavía los padezco... necesito contarlos y compartirlos. Gracias por estar ahí.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Chau 2011

Ya sé que hacer balances de fin de año no siempre trae buenos frutos, tampoco sé si sirve para algo, pero suele resultar inevitable para mí pensar en las cosas buenas y en las malas que pasaron en el año que se cierra.
Y este año es tan especial!!! Por un lado, no hay mejor cosa en el mundo que el nacimiento de mi peque, verla crecer y sonreir cada día. Por otro lado, si considero que estuve a punto de morirme y de perderme justamente todo eso que es lo que pasa cada día, las cosas no fueron tan buenas.
El saldo es obviamente positivo: nada de nada puede empañar la llegada de mi pequeña flor. Sin embargo, pasé cosas muy duras y muy difíciles de las que todavía me estoy recuperando. Lleva más tiempo del pensado (a veces) cerrar las heridas y juntar los pedazos.
Y sin embargo, ella ríe y ríe. Se despierta y abre la boca enorme para largar una sonrisa gigante. Me estira las manos y me apoya la boca llena de baba en la cara y es el mejor beso del mundo.
Se agarra fuerte de la teta, succiona y succiona... casi no sale ya leche. Pero succiona amor, y yo me entrego y le entrego todo ese amor en cada sorbo de leche casi inexistente. Me mira fijo y jugamos a que ahora está, y ahora no está... la tapo con las sábanas y pregunto: ¿Dónde está Vera? Y ella se la saca de la cara y sonríe otra vez cuando puede mirarme.
Duerme larguísimas siestas estirada sobre el pecho de su papá. Yo me echo al lado de ellos y sólo disfruto mirándolos. Cuando es de noche, me levanto y preparo su habitación: cierro las persianas y las cortinas, le pongo un fuyí para que los mosquitos se vayan, prendo el ventilador de techo y entonces, recién entonces, la saco del pecho de su papá y la acuesto en su cama. Duerme de costado y se abandona al sueño.
Sólo pido, para el 2012, poder seguir viéndola crecer, día a día, disfrutar de estas pequeñas cosas, poder abrazarla cada día. Quizás para eso necesite que mi salud sea mejor que la del 2011... y que pueda cerrar toda esta historia renal. (el catéter me lo sacan en febrero, segunda quincena).
No fueron fáciles los primeros meses de madre, pero eso, lo dejo para otro post.
Felicidades para todas, excelente comienzo de año, y que el 2012 se llene de bebés tan tan esperados. Y que salga la ley de una buena vez.
Chin chin!! y gracias por leer

jueves, 22 de diciembre de 2011

Feliz-idades!

Hola a todas las que todavía tienen la deferencia y buena onda de pasar por aquí. Les cuento que estoy bien, siguen algunas molestias pero parece que aún así todo está en orden en lo que hace a mi cuerpito... Mi peque crece y crece, cada día más linda y simpática, cada vez interactuamos más y eso me encanta. Sobre todo, me hace FELIZ. Quería desearles a todas muchas felicidades, pero sobre todas las cosas, que lleguen vuestros hijitos tan ampliamente merecidos... Y por favor, no dejen de escribir!!! no digo aquí (solamente) sino en sus blogs. No abandonen esos espacios tan valiosos!! Besotes!!!

martes, 6 de diciembre de 2011

Y la seguimos remando

Estos días fueron bastante movidos. Aparecieron unos dolores muy muy fuertes en la zona operada, tan fuertes que si estornudaba o tosía quedaba doblada al medio. Ecografía urgente y se confirmó que todo estaba ok. Por qué aparecieron esos dolores? Nadie sabe. Lo importante es que desde hace dos días se fueron...
Ahora estoy con otros dolores, los del alma... no nos estamos pudiendo entender con el papá de la princesita, la llegada de un hijo realmente pone a prueba a la pareja, al menos a la nuestra. Y ahí estamos, tratando de remarla y salir adelante.
Y en cuanto a ella... bueno, me tiene loca de amor, tomo sus berrinches y malas dormidas con calma, ahora que estoy mejor de salud todo es más sencillo, decidí que nada va a empañar mi buen humor cuando estoy con ella y lo voy logrando. La amo muchísimo y verla sonreir me llena de alegría, aunque sea un lugar común.
Pero... nadie dijo que esto era fácil!!! Realmente todas las cosas que hemos pasado en estos años han sido difíciles, y sólo su llegada - ni más ni menos! - me alivia de todo lo que viví. Todavía tengo miedos y restan controles, intervenciones y afines. Todo eso debe pasar del mejor modo posible por un sólo motivo: poder estar para ella, poder verla crecer, y poder disfrutar a full de su presencia en nuestra vida, algo que tanto nos costó, y que a mí personalmente me costó incluso salud.
Me estoy durmiendo. Espero pasar pronto de nuevo. Gracias por leer.