Me llamo Lucía. Alguna vez me hice llamar Milena. Pero no, me llamo Lucía, tengo 34 años, transité la infertilidad, y con ella vinieron mil problemas más... todavía los padezco... necesito contarlos y compartirlos. Gracias por estar ahí.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Chau 2011

Ya sé que hacer balances de fin de año no siempre trae buenos frutos, tampoco sé si sirve para algo, pero suele resultar inevitable para mí pensar en las cosas buenas y en las malas que pasaron en el año que se cierra.
Y este año es tan especial!!! Por un lado, no hay mejor cosa en el mundo que el nacimiento de mi peque, verla crecer y sonreir cada día. Por otro lado, si considero que estuve a punto de morirme y de perderme justamente todo eso que es lo que pasa cada día, las cosas no fueron tan buenas.
El saldo es obviamente positivo: nada de nada puede empañar la llegada de mi pequeña flor. Sin embargo, pasé cosas muy duras y muy difíciles de las que todavía me estoy recuperando. Lleva más tiempo del pensado (a veces) cerrar las heridas y juntar los pedazos.
Y sin embargo, ella ríe y ríe. Se despierta y abre la boca enorme para largar una sonrisa gigante. Me estira las manos y me apoya la boca llena de baba en la cara y es el mejor beso del mundo.
Se agarra fuerte de la teta, succiona y succiona... casi no sale ya leche. Pero succiona amor, y yo me entrego y le entrego todo ese amor en cada sorbo de leche casi inexistente. Me mira fijo y jugamos a que ahora está, y ahora no está... la tapo con las sábanas y pregunto: ¿Dónde está Vera? Y ella se la saca de la cara y sonríe otra vez cuando puede mirarme.
Duerme larguísimas siestas estirada sobre el pecho de su papá. Yo me echo al lado de ellos y sólo disfruto mirándolos. Cuando es de noche, me levanto y preparo su habitación: cierro las persianas y las cortinas, le pongo un fuyí para que los mosquitos se vayan, prendo el ventilador de techo y entonces, recién entonces, la saco del pecho de su papá y la acuesto en su cama. Duerme de costado y se abandona al sueño.
Sólo pido, para el 2012, poder seguir viéndola crecer, día a día, disfrutar de estas pequeñas cosas, poder abrazarla cada día. Quizás para eso necesite que mi salud sea mejor que la del 2011... y que pueda cerrar toda esta historia renal. (el catéter me lo sacan en febrero, segunda quincena).
No fueron fáciles los primeros meses de madre, pero eso, lo dejo para otro post.
Felicidades para todas, excelente comienzo de año, y que el 2012 se llene de bebés tan tan esperados. Y que salga la ley de una buena vez.
Chin chin!! y gracias por leer

jueves, 22 de diciembre de 2011

Feliz-idades!

Hola a todas las que todavía tienen la deferencia y buena onda de pasar por aquí. Les cuento que estoy bien, siguen algunas molestias pero parece que aún así todo está en orden en lo que hace a mi cuerpito... Mi peque crece y crece, cada día más linda y simpática, cada vez interactuamos más y eso me encanta. Sobre todo, me hace FELIZ. Quería desearles a todas muchas felicidades, pero sobre todas las cosas, que lleguen vuestros hijitos tan ampliamente merecidos... Y por favor, no dejen de escribir!!! no digo aquí (solamente) sino en sus blogs. No abandonen esos espacios tan valiosos!! Besotes!!!

martes, 6 de diciembre de 2011

Y la seguimos remando

Estos días fueron bastante movidos. Aparecieron unos dolores muy muy fuertes en la zona operada, tan fuertes que si estornudaba o tosía quedaba doblada al medio. Ecografía urgente y se confirmó que todo estaba ok. Por qué aparecieron esos dolores? Nadie sabe. Lo importante es que desde hace dos días se fueron...
Ahora estoy con otros dolores, los del alma... no nos estamos pudiendo entender con el papá de la princesita, la llegada de un hijo realmente pone a prueba a la pareja, al menos a la nuestra. Y ahí estamos, tratando de remarla y salir adelante.
Y en cuanto a ella... bueno, me tiene loca de amor, tomo sus berrinches y malas dormidas con calma, ahora que estoy mejor de salud todo es más sencillo, decidí que nada va a empañar mi buen humor cuando estoy con ella y lo voy logrando. La amo muchísimo y verla sonreir me llena de alegría, aunque sea un lugar común.
Pero... nadie dijo que esto era fácil!!! Realmente todas las cosas que hemos pasado en estos años han sido difíciles, y sólo su llegada - ni más ni menos! - me alivia de todo lo que viví. Todavía tengo miedos y restan controles, intervenciones y afines. Todo eso debe pasar del mejor modo posible por un sólo motivo: poder estar para ella, poder verla crecer, y poder disfrutar a full de su presencia en nuestra vida, algo que tanto nos costó, y que a mí personalmente me costó incluso salud.
Me estoy durmiendo. Espero pasar pronto de nuevo. Gracias por leer.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ella

Ella es la personita que alegra mis días. La que me acompañó a correr en los campos de flores mientras a mí me inducían el coma para poder arreglarme por dentro. No todo es sonrisas: me angustio cuando llora y no sé por qué y desde que volví del sanatorio (hace ya casi un mes) no para de despertarse a cada rato, y a las 7 a m generalmente ya está completamente despierta (luego de esas varias despertadas) y yo completamente molida, muerta y con ganas locas de llorar, pidiéndole que por favor duerma un rato más y ella me contesta con grititos de alegría... (y grita fuerteeee!!!). Y pensar que a los dos meses dormía 7 horas corridas!! ¿dónde quedaron??? Estoy muerta porque este mes fue de recuperación de dos cirugías duras, y además quedé anémica por las transfusiones. Sí, esto también forma parte de ser madre. Además de las inmensas alegrías, que por suerte siempre son más. Gracias por leer.

domingo, 30 de octubre de 2011

DESPERTAR

Corría por unos campos llenos de flores, jugando con mi hijita, que ya tenía algo más de un año y corría torpemente, como los niños cuando empiezan a dar sus primeros pasos. El cielo estaba límpido y celeste. Me invadía una sensación de plenitud y felicidad infinita. Y entonces, entre sueños, un poco atontada, abrí los ojos y estaba saliendo del quirófano. Sentí un dolor muy fuerte en la vejiga y una molestia demasiado fuerte en la uretra. Eso quería decir que ya tenía puesta la sonda y no podía creer cuánto podía llegar a molestar. Me la quería arrancar. Un poco atontada entré a la habitación, estaban mis padres. Pregunté la hora: las 17.30. Había estado en quirófano poco más de 5 horas. Pregunté si todo había salido bien y me dijeron que sí. Me tranquilizó la respuesta pero el dolor y la molestia de la sonda seguían siendo demasiado fuertes.
A las 19 hs. vino mi marido con mi pequeñita y su otro hijo. Saludé, sonreí, y volví a ensimismarme en mis sensaciones, preguntándome cómo haría para soportar tantos días de esa sensación tan extraña. Pasaban los minutos y las molestias y dolores empeoraban. Alrededor de las 20.30 hs comencé a llorar, a preguntarle a mi mamá, a los gritos y entre medio de espasmos de llanto, por qué tenía que pasar por todo eso, por qué me pasaba todo esto a mí, qué había hecho mal en la vida, por qué se me estaba castigando de este modo. Mi mamá me agarraba la mano y trataba de calmarme, mi papá ya se había vuelto al pueblo a descansar un poco dado que todo había salido bien. A las 21 hs la enfermera, viendo mis dolores en franco aumento, especialmente los abdominales, llamó a la médica de guardia, quien a su vez llamó a mi cirujano. A partir de allí los minutos se me hicieron eternos. El médico no llegaba. Lo llamé yo al celular y le pedí que se apurara, que realmente me sentía mal. Me dijo que en diez minutos estaría en el sanatorio.... y pasaron 15 y no había llegado. Y yo, que nunca quiero molestar, volví a llamarlo para decirle que por favor hiciera algo. Me contestó amablemente que ya estaba en el sanatorio y que estaba subiendo a mi habitación. Llegó a las 21.40, me revisó y comenzó a poner cara de preocupación. Yo le pedía que me sedara, no podía soportar los dolores ni la sensación de tener que orinar y no poder (algo muy loco porque tenía puesta la sonda) A esa altura, yo ya había prendido el aire acondicionado de la habitación y lo había puesto en 18 grados aún cuando afuera estaba fresco. Pero me moría de calor, me transpiraba íntegra, mi mamá me secaba y yo me volvía a mojar entera. Me desvanecía durante segundos y volvía. Sentía que me moría. Lo que sigue lo recuerdo de a retazos, porque me desvanecía muy seguido. Sé que luego de una revisación exhaustiva, el médico dijo "tenemos que volver a quirófano". Mientras tanto entraban y salían médicos, enfermeros, bioquímicos... me sacaron sangre dos veces, y al rato vinieron con unidades de sangre para transfundirme y comenzaron ahí mismo, en la habitación. Mi mamá ya había llamado a mi papá para decirle que me operaban de nuevo. Le pedí a mi mamá que si me pasaba algo cuidara a Verita, que le contara  cuánto la había amado... De pronto, el médico dijo que ya habían llegado todos: anestesista, instrumentista, hemoterapista, su equipo de cirujanos y mi suegro (cirujano y amigo suyo). Mi suegro me agarró la mano y yo sólo le dije "por favor, cuidame". Cuando me estaban por llamar a quirófano llamé a mi papá para preguntarle si le faltaba mucho, me dijo que ya estaba cerca. Cuando me llevaban al ascensor en la camilla, escuché su voz, no pude verlo, pero al menos escuché su voz. Para mí todo eso era una gran despedida. Entramos al quirófano y yo comencé a tranquilizarme porque sabía que en minutos me iban a anestesiar y el dolor iba a parar. No me importaba más nada. Pensaba con fuerza en mi hija y el dolor era más fuerte aún, y me nublaba su imagen, su cara. El cirujano comenzó a sacar los puntos de la cirugía anterior antes de que me anestesiaran y a mí no me importaba tampoco. Comencé a sentir un ardor en el brazo, señal de que estaba ingresando la anestesia, y entonces me entregué, deseando sólo poder despertarme y zafar de esa situación.
Dos horas después me despertaron, no recuerdo casi nada. Sólo que me explicaron que tuve una hemorragia interna muy importante, que entré al quirófano casi en estado de shock, que no encontraron el foco sangrante pero sí el hematoma - huella de la hemorragia-
Mi suegro me dijo que son cosas que suelen pasar. El cirujano urólogo estaba amargadísimo. Mis padres, aterrados. Mi marido, angustiado. Yo por primera vez me sentía mejor, a pesar de los dolores del tajo, del manoseo interno, de la espalda, etc. Tenía unos fuertísimos dolores de espalda y de hombros, producto de la irritación del diafragma y del peritoneo.
A la hora siguiente, mis padres dormían en la habitación, mi mamá en un sofá cama, y mi papá arriba de unos almohadones que tiró en el suelo. Yo no me pude dormir ni un segundo porque creía que si me dormía me iba a morir. No derramé una sola lágrima: sabía que si empezaba no iba a poder parar.
Supuestamente, ya todo había pasado. Eran las 2 am.
A las 6 am pasó el cirujano y constató que todo estaba bien... pero mi cabeza había estallado en pedacitos.
Escribir aquí es parte del trabajo de juntar esos pedazos. Gracias por leer. En el próximo post prometo foto de mi princesa, como para ir mechando =)

lunes, 24 de octubre de 2011

Esta soy yo

Pasé muchas cosas duras, pero esta última me superó. Ahora estoy dolorida y no puedo ponerme a escribir en detalle. Baste decirles que en la cirugía en la que debían reparar el uréter casi dejo la vida. O mejor dicho: esa cirugía parecía haber salido bien (duró 5 horas) pero 3 horas después hice una hemorragia interna y entré de nuevo a quirófano casi en estado de shock.
Todavía no ha terminado todo pero al menos parece que ha pasado lo peor.
Todos esos días sufriendo, y mucho, pensaba en que debía escribir esto que me estaba pasando. Pero escribir todo, y desde mí misma. Como alguna vez aclaré en este mismo blog, Mile era mi seudónimo, una manera torpe de conservar un anonimato ridículo para evitar problemas con la ex de mi marido.... hoy he decidido cambiar eso porque estas cosas me pasaron a mí, a Lucía, y necesito contarlas desde ahí... por supuesto, estoy con dos cirugías encima, la panza abierta a lo largo (dos veces en un día), muchos dolores, una sonda vesical, un miedo terrible y el ánimo por el piso. Esto quiere decir que me llevará tiempo contar todo lo que les quiero contar, que es mucho, y que va más allá de la infertilidad, sus consecuencias, estas cirugías y etc. Por lo pronto, paso por aquí para decir que, si aún no sé si estoy del todo bien, al menos sé que estoy viva y eso no es poco. A medida que pueda iré pasando para contar todo esto que necesito contar para que se haga más liviana la carga... y a quiénes si no a uds que siempre estuvieron ahí?
También llegarán las más detalladas disculpas que debo pedir por no pasar a contar los primeros meses de vida de Verita, porque temía que alguna se sintiera mal por leer la felicidad que yo tenía y que a muchas se les niega (o se nos ha negado). Craso error y ceguera infinitas.
En fin, gracias por seguir ahí, y mientras pueda, iré contando lo que anuncié.
Besos a todas,
Lucía

domingo, 16 de octubre de 2011

Este día de la madre, víspera quirúrgica

Este día de la madre me encuentra con mi princesita en brazos. Sé lo que sufren mis amigas bloggeras estos días porque yo también lo he sufrido y he llorado a mares. Así que me siento un poco culpable de postear algo, después de tanto tiempo, justo este día.
Me he sentido un poco sola en el blog, pero es cierto que sabía que cuando una logra tener su hijo en brazos, a pesar de seguir leyéndolas día a día, pasa a estar en "otra categoría", y la verdad es que se siente raro, rarísimo.... ser parte y ya no serlo, ser infértil y tener a mi peque en brazos.
El año pasado, el día de la madre yo estaba embarazada, lo sabía desde hacía 3 semanas, pero estaba esperando la intervención que me permitiría seguir adelante con mi embarazo llena de miedo: me colocaban el famoso catéter para que el riñón comenzara a drenar el líquido acumulado.
Hoy el día de la madre me encuentra, como dije, con la peque en brazos, pero en otra víspera, más angustiante: el miércoles me operan finalmente, me hacen una cirugía de reimplantación ureteral. Esto significa que me van a cortar la parte dañada del uréter y, como está muy cerca de la vejiga (el daño), agujerearán la vejiga para colocarl el ureter ahora más corto por ahí. Eso implica un postoperatorio largo, complejo y doloroso. Muchos días en sanatorio y muchos días más en casa en recuperación, con sonda.
Lo que más me pesa es estar lejos de la pequeña flor tantos días. Hasta ahora venía tomando sólo teta y yo, a pesar de ya estar trabajando desde hace más de dos meses, vivo pendiente de ella y para ella. De pronto se encotnrará todos los días en su casa pero con su papá, yendo a visitar a su mamá por horarios cortos, sin poder tomar la teta y teniendo que acostumbrarse definitivamente a la mamadera y a la leche maternizada.
Entonces sí, claro que estoy feliz en este día, pero también me pregunto por qué yo tuve que pagar tan pero tan caro la llegada de una hija a mi vida... porque como recordarán, me operan de esto para arreglar la mala praxis de la laparoscopía que me hicieron para destapar las trompas.
Desde ya, no sé si es obvio o no, pero mi peor miedo es morirme y que Verita crezca sin su mamá. Que tanta lucha quede trunca... se supone que morirme no es una posibilidad, porque si bien la cirugía es compleja, no estaría ESE riesgo. Pero de todos modos, los miedos no siempre son racionales.
No me queda otra opción que operarme y pronto, porque desde que me sacaron el catéter hace 18 días todo volvió a fojas cero y mi riñón está de nuevo al borde del colapso, además que ya había quedado más pequeño desde la hidronefrosis anterior. En fin, así estamos... ojalá salga todo bien. Un abrazo para todas, a quienes leo SIEMPRE, aunque no siempre me sienta con el valor o el ánimo para comentar.

jueves, 16 de junio de 2011

Así fue como mi niña llegó al mundo...

Resulta sumamente difícil sentarse con tiempo a escribir (o incluso a ir al baño!!) con un bebé de semanas. Es cierto que uno no vuelve a dormir plácidamente, al menos no por ahora. Es cierto que casi no queda tiempo libre a pesar de que pasamos la mayor parte del día, o todo el día, sin trabajar... o en realidad, trabajando de madres. Pero también es cierto que todo eso se hace con tanto amor, y tanta felicidad, que no pesa. Al menos a mí, no me pesa no dormir, no tener tiempo, no poder ver amigos, etc... En fin, vamos a lo que les quería contar. Esta historia fue complicada desde el comienzo y por supuesto el final iba a ser acorde a la situación.
Como conté en un post anterior, cuando comencé las últimas ecografías con doppler de control, me dijeron que tenía que volver a hacer reposo porque la peque tenía bajo peso, y que si no llegaba a nacer  con 2.500 kg la mandaban a neo seguro. Al mismo tiempo, el líquido amniótico comenzó a disminuir bastante marcadamente sin razón aparente.
El viernes20 de mayo fui a mi consulta con el obstetra (mi FPP era el 10 de junio). El lunes 23 tenía que hacerme la última eco con doppler de control. Entonces el obstetra me dijo que apenas saliera de hacer la eco, me fuera a verlo al consultorio (la eco la hacía en el sanatorio, él hace consultorio ahí, y ahí es donde yo iba a parir), y que si el líquido habíavuelto a disminuir, me iba a fijar una fecha y me iba a inducir el parto, intentando siempre que fuera parto vaginal.
Tenía turno para la eco a las 13, el barba llegaba de trabajar a las 15, y a las 16 lo veía al obstetra. Por algún milagro inexplicable, el Barba llegó a su trabajo (a 70 km de Rosario) y decidió volverse para poder estar en la ecografía, algo que yo consideraba innecesario dado que luego iríamos juntos a hablarcon el obstetra. En fin, entramos a hacer la eco a las 14.20 (venía atrasado el asunto).
Cuando entramos, había una chica que era residente, y el ecografista estaba hablando por teléfono afuera. La chica en cuestión empieza a tomar medidas, nos dice que la beba había crecido pero seguía siendo pequeñita, y nos dice además que el líquido amniótico seguía disminuyendo. A las 14.30 entró el ecografista, tomó un par de medidas y de pronto, cuando se posiciona sobre el corazón de mi niña, le dice a la residente: "Vos viste esto?" Y acto seguido se va. Vuelve a entrar 30 segundos dspués, con cara de preocupación. Un minuto más tarde, entra su secretaria diciéndole "aquí está Julio en el teléfono". Julio se llama mi obstetra. Ahí ya comencé a preocuparme, y mucho. El barba y yo nos mirábamos incrédulos. El ecografista se va a hablar afuera, nosotros no escuchábamos lo que decía. Le preguntamos a la residente: "pasa algo?" Su respuesta fue "Sí, algunos valores no están dando bien". Antes de poder preguntar más, vuelve a entrar el ecografista... esta vez acompañado por dos enfermeras y una camilla... yo pregunté qué pasaba, para quién era eso. Conclusión: la camilla era para mí, me subieron a ella y comenzó una larga escena tipo ER EMERGENCIAS, en donde comenzaron acorrer por los pasillos conmigo subida a la camilla sin entender nada, diciéndome que me llevaban a quirófano. Lo mandaron al Barba por otro camino. Entré a quirófano y la gente seguía corriendo allí adentro. Vino una médica y midió los latidos de mi beba, y apareció mi obstetra corriendo y dijo "por suerte mejoraron, pero vamos a sacarla igual". Yo todavía no caía en que en minutos más nacería mi hija. Por suerte, el obstetra jamás me dijo qué estaba pasando en realidad. Mientras todos se preparaban él se quedó al lado mío tomándome la mano y diciéndome que me quedara tranquila. Mientras tanto, las enfermeras me desvestían y me ponían la bata. Yo seguía pensando que todo terminaría pronto y que era una falsa alarma. Pero no.
El obstetra llamó a mi urólogo, que también vino corriendo, a ver si ya que me hacían cesárea al menos podía ver el estado de mi uréter. Mi marido seguía afuera y yo temblando como una hoja pedía que lo dejaran entrar, pero no lo dejaban: las reglas decían que hasta que no estuviera todo listo para comenzar, él no entraba. Me pusieron la anestesia raquídea, me hicieron algunos chistes, me pusieron la telita verde para que no vea cómo achuraban mi panza, y ahí sí entró el Barba, todo disfrazado con gorro, bata y etc. Yo temblaba de miedo (aunque dicen que también es el efecto de la anestesia).
A las 15.23 nacía mi hijita. Yo la escuché llorar antes incluso de que la levantaran bien alto para que yo pudiese verla. Lloré todo lo que pude (que no era mucho porque sacudía toda la panza en donde me estaban cosiendo). Vi en cámara lenta cómo la pesaban: 2.475 kg. El obstetra le dijo al neonatólogo: quien dice 2.475, dice 2.500. Y como todos los signos vitales estaban bárbaros, no se la llevaron a neo, bajo la condición de que se tenía que prender a la teta y alimentarse super bien. Por suerte en este sanatorio no se los llevan a neo ni un segundo: el neonatólogo está ahí y le hace todos los test delante de uno, y jamás sale d nuestra vista....
Mi hijita ni siquiera tenía ropa, yo no había llevado ni el bolso... todo eso se fue solucionando luego, obviamente. Lo que había sucedido es que mi hija tenía una frecuencia cardíaca de 60 latidos por minuto, cuando lo normal era entre 130 y 170. No había tiempo que perder, y por eso decidieron que naciera en ese mismo momento (además, yo ya estaba de 37.6 semanas).
La peque fue bien peque pero fuerte y vigorosa desde el comienzo. Es una beba super vivaz y despierta para su edad (lo dicen los pediatras, además de la babosa de la madre). Se alimenta a pura teta y va engordando super bien. Estamos perdidamente enamoradas la una de la otra. Y me queda la convicción, la certeza, de que ha sido desde el momento mismo de su concepción una LUCHADORA... se bancó las mil y una, y hasta se bancó esa bradicardia sin secuelas (porque yo tampoco sabía, todo esto lo supe después, que el obstetra hasta temía que no naciera en buenas condiciones, ya que no se sabía desde cuando tenía esa bradicardia, y en la eco no se visualizaba la arteria cerebral).
Miro a mi hija y todavía me parece increíble. Pero la miro y también recuerdo no sólo mi lucha, que quizás no fue tan larga y dolorosa como la de otras  compañeras, sino justamente la de todas ustedes, las que lo lograron y las que siguen en camino. Mujeres que apostamos a la vida, y que peleamos por ella. Como mi pequeña princesa, tan pequeña y tan fuerte. Su nombre quiere decir FE, no lo elegimos por eso pero cada día que pasa estoy más convencida de que ese nombre le sienta particularmente bien. En su nombre, entonces, condenso el homenaje a todas ustedes, a todas nosotras, que no bajamos los brazos, y que nos merecemos ser madres.
Con menos tiempo, por supuesto, y quizás con pocas chances de hacer comentarios, pero siempre voy a estar de este lado leyéndolas y acompañándolas... espero que uds también me acompañen en este camino que se inicia, el de la maternidad... camino que les deseo fervientemente a todas.
Más que nunca, gracias por estar, gracias por leer.
Ah! en unos meses me operan el bendito uréter... sigue dañado, pero al menos no hay tumor (que existía esa posibilidad me enteré mientras estaba inmóvil en quirófano con la panza abierta, y conversaban el urólogo y el obstetra.... en fin!!!)

domingo, 5 de junio de 2011

Y nació la princesita

Espero poder pasar mañana o pasado con más tiempo. Quería contarles que el 23 nació la princesita. Como no podía ser de otro modo, sufriendo hasta el último minuto: cesárea de urgencia después de detectar bajoslatidos. Nació al límite  del peso. Pero todo bien y super normal. Y ya todo lo malo olvidado por la inmensa felicidad que nos invade. Ya les contaré con detalles... gracias por pasar!!

martes, 10 de mayo de 2011

Menos de un mes y algunas nubes en el horizonte

Hoy faltan exactamente 4 semanas para cumplir las 40 de embarazo. Hace unos 15 días me hice una eco de control y ahí me dijeron que mi niñita era muy pequeña, con peso muy bajo, y que el líquido amniótico estaba apenas bajo. Cuando vi al obstetra me dijo que no me preocupara, que yo era muy flaca y menuda (y petisa!!) y que era normal. Pero por las dudas me mandó a repetir la eco, que hice ayer. Y ayer el ecografísta, mano derecha de mi obstetra, me dijo que seguía sin engordar lo que debiera y que, además, el líquido amniótico seguía bajando. Me dijo que aún no era para preocuparse pero que sí o sí quería que hiciera otra eco dentro de dos semanas. Ya sé, se supone que no es nada grave o importante, pero una desea salir de las ecografías con la noticia de que "todo está perfecto", que todo marcha de diez. No se saben las causas de la disminución del líquido amniótico y tampoco hay mucho que esté a mi alcance, que pueda hacer para revertir esta situación. Me pidieron que trabaje lo menos posible, cosa que voy a hacer, pero eso obviamente no garantiza nada. Ayer era un mar de lágrimas, estuve todo el día muy angustiada. Hoy encaré el día de otra forma y estoy tratando de ver el lado positivo del asunto... pero tengo terror de que mi niña tenga que ir a neo, o de que pase algo de aquí hasta el fin del embarazo. Por un lado quiero que se quede adentro hasta la semana 40 sí o sí así sigue engordando un poco, pero por otro lado me pregunto si no la puede afectar el líquido amniótico disminuido... no estoy pudiendo vivir tranquila de tanta angustia!!! Espero poder postear nuevas y buenas novedades pronto. Gracias por leer.

jueves, 21 de abril de 2011

7 meses y medio

El día que se cumplieron 7 meses de embarazo por fin pude sentir un alivio que hacía mucho no sentía. Y por suerte ha perdurado. Mi niñita se mueve cada día más, sus movimientos ya no son suaves sino bruscos. Parece que está cabeza abajo ya, y cada tanto estira sus manitos y las veo aparecer por los costados de mi panza. Desde hace un mes y medio, además, he comenzado - finalmente y por suerte! - a engordar, porque hasta los 6 meses sólo había engordado 2.5 kilos y era demasiado poco. Ahora ya creo que debo estar en los 7 kilos o quizás un poco más.
El lunes tengo que hacerme una eco, estoy un poco ansiosa porque desde la 4 D que no he vuelto a hacer una, de eso ya hace más de 5 semanas.
Me siento cansada, me agito rápido, me duele la vejiga y la cintura. La acidez no se fue nunca y me tiene cada vez peor. Duermo ya bastante mal, me cuesta encontrar posición y además voy a orinar muchas veces durante la noche. Estoy muy resfriada, casi no puedo respirar por la nariz, y eso me complica más aún a la hora de dormir. Y sin embargo estoy tranquila y feliz. Por supuesto me gustaría sentirme mejor, pero ya ni siquiera me parece indispensable.
Tengo pocas contracciones, muy de vez en vez, de las que son más que normales. No tengo ninguna sensación de que esta niña vaya a querer salir antes de tiempo, al contrario, me parece que se va a tomar su tiempo... y yo la espero sin problemas, no tengo apuro. Por momentos quisiera tenerla en mis brazos ya pero tampoco me pone ansiosa ese tema. Estoy con una paz que no me pertenece!! jajaja. Sé que no será fácil luego, muchas amigas me han contado de lo difícil que es el puerperio. Y en mi caso se suma el hecho de tener que pensar y resolver el problema del riñón. El urólogo quiere operarme lo antes posible, claro que dándome cierto margen de tiempo, pero tampoco taaanto. Yo ya ni siquiera pienso en los riesgos de esa cirugía o en el postoperatorio tan feo que tendré que pasar: pienso en mi hijita, en cómo me voy a arreglar esos días (son tres días en el sanatorio, supongo que el barba la traerá, pero si es muy chiquita no quiero que esté mucho en el sanatorio con demasiados enfermos rondando, en fin, ya veré).
Uds dirán que estoy loca, pero TODAVÍA me pasa, de a ratos, que no me creo que estoy embarazada. Me miro la panza y pienso que no soy yo. Cuando la princesa deja de moverse por un rato largo, necesito mirarme y tocarme para volver a creer que está ahí. Temo que desaparezca como por arte de magia y que todo sea un sueño. Y luego la toco y ahí está. 7 meses y medio y aún me cuesta creerlo. No es locura: es una historia - con final feliz - de dificultades e infertilidades para poder conseguirlo.
Gracias por andar por ahí todavía... aunque ahora hable de ella y no de mis problemas - pasados - de fertilidad.

sábado, 26 de marzo de 2011

Mi niña

Esta es mi pequeña niñita. Yo sé que los niños parecen monstruitos en las 4D, al menos siempre lo pensé así, y cuando veía ecografías de otros nunca encontraba ningún parecido ni nada de eso... hasta que, claro, me tocó hacerme la eco 4D a mí. Y entonces, esta cosita borrosa, comenzó a ser mi hijita, y no un monstruito. Uno pone allí todo el amor, la expectativa, la imaginación... No les pido que me digan "es hermosa!!!"  cuando en realidad se ve más o menos y no deja de ser una eco 4D más, sólo que sepan que yo sí la veo hermosa porque soy su mamá. De todos modos quería compartir con ustedes este momento que es, para mí, de mucha felicidad, porque siempre me han acompañado y siguen siendo una compañía invalorable. El 31 de marzo cumplo 7 meses de embarazo, quién hubiese dicho!! Paso todos los días a ver si hay noticias de mis amigas bloggeras, pero la mayoría están calladitas. Sepan que sigo siempre pendiente de ustedes.
Besos y abrazos para todas y gracias por pasar!!!

viernes, 11 de marzo de 2011

Dia del riñón

Ayer me avisó una amiga que era el día del riñón (10 de marzo). Googleando sale que también se "festeja" el 13 de marzo. En fin, la información es contradictoria. Pero bueno, no quería dejar de felicitar en su día a mi riñoncito izquierdo, y pedirle que se porte bien un largo tiempo más. =)

jueves, 10 de marzo de 2011

Todo marcha bien

Hoy hice la eco de control por este tema del bajo peso. Mi niña está perfecta, pesa un 1.030 kilo (para esta etapa debería pesar 1.050, o sea que está bárbara) y sus medidas dan muy bien. O sea que ella engorda y yo adelgazo, por eso la balanza no se mueve. Obviamente, eso es lo importante, lo demás me resbala.
Mientras les escribo esto Vera se mueve como loca en mi panza, y yo siento que soy plenamente feliz.
El ecografista era el marido de una vieja conocida mía, así que le dije que conocía a su mujer y el tipo puso toda la onda del mundo. Me mostró a mi chiquitita en 4D y la vi preciosa, a pesar de que siempre las fotos de esas ecografías me parecían más bien monstruosas, ja!! Me conmoví y casi lloro, pero valió la pena porque ahora estoy tranquila de que mi chiquita está bien.
La semana próxima hago la eco en 4D completita... y en 3 semanas cumplo 7 meses de embarazo. Todas las cosas se van "alineando".
Gracias por estar por ahí...

sábado, 5 de marzo de 2011

6 meses

Verita ya tiene 6 meses recién cumpliditos dentro de mi panza (6 meses desde mi última FUM, así que de gestación un poquito menos). Yo venía feliz y contenta, a pesar de los miedos que - como ya conté - no me abandonan con facilidad. Resulta que ayer fui al obstetra y en el último mes no aumenté ni un sólo gramo. Nada de nada. La balanza está clavada. La última eco que me hice fue a la semana 21, ahora tengo 26 semanas. En esa eco todas las medidas de Verita daban super bien, es más, era una bebé super normal, estándar (percentil 50). Pero ahora el obstetra un poco se preocupó. Sólo un poco, porque me explicó que hay mujeres anoréxicas, o desnutridas, que igual dan a luz a bebés sanos. Pero me dijo que de ahora en más la nena tiene que ganar peso sí o sí. Yo me alimento como siempre. Hay cosas que no las puedo probar por la acidez que jamás me abandona (es mejor que un desodorante, ja!), pero claro, tampoco aumenté la cantidad. No soy de esas embarazadas que viven con hambre o antojadas. Ni ahí. Desde el inicio del embarazo hasta ahora engordé sólo 2.5 kilos. Todo esto me dejó preocupada, así que llamé para hacer una eco común apenas se pueda, pero con lo del finde largo hasta el jueves próximo es imposible. Luego, el viernes 18 de marzo tengo la eco 4D. Pero mi cabeza no puede esperar hasta esa fecha.
Encima de todo con el Barba no andamos muy bien, o quizás yo no ando bien con él. Pero eso será tema de otro post, si ahora escribo sobre eso voy a terminar llorando, y no quiero. Porque con Verita nos entendemos, hablamos, y las dos sabemos que a ella no le gusta que yo llore =)
Ah! los riñones siguen más o menos igual, la vejiga achicándose porque Vera va ocupando espacio y eso hace que me duela toooodo el tiempo (porque el catéter presiona más seguido al tener cada vez menos espacio), pero sé que tengo que lidiar con eso hasta el final.
Gracias por pasar.

martes, 22 de febrero de 2011

La anécdota graciosa....

Entre tantos miedos y pálidas, me olvidé de contarles algo gracioso que me pasó, aunque en realidad me dio muchísima vergüenza y recién ahora puedo reirme tranquila.
Primero les voy a poner las cosas en contexto, como para que puedan apreciar el papelonazo que viví. El urólogo que me atiende es un señor de 70 años, muy respetado y reconocido, pero sobre todo, muy humano, muy amable, y muy de guardar las formas sin ser necesariamente acartonado. Es conocido de mi suegro, y no sé si será por eso, pero siempre está pendiente de todo, y cuando estuve internada pasó a verme 4 o 5 veces por día. Incluso el día que él me iba a cambiar el catéter, yo tenía que trasladarme de sanatorio, y debía llegar a donde él me intervendría a las 8. Como había pasado toda la noche con fiebre, a las 6.45 lo llamamos para comentarle y preguntarle si la intervención se haría igual. El dijo que sí, que con más razón, porque seguramente la fiebre era a causa de la infección del catéter. Pero no le bastó con eso: a las 7.20 estaba en mi habitación para "dejarme tranquila", cuando en realidad en 40 minutos yo me tenía que trasladar hacia el otro sanatorio (en donde él trabaja). En fin, el día de la intervención, pasó 4 veces a ver si estaba todo ok. Al día siguiente vino a la mañana muy temprano a darme el alta, entró, prendió la luz de la habitación y yo me incorporé para recibirlo. Y entonces, sí, señoras y señores.... me tiré un pedo!!! qué horror!!! qué vergüenza!!! con la habitación en silencio total, y sin hacer ningún esfuerzo, simplemente se escapó, estruendoso... ni les digo del color que me puse. Pero nadie dijo nada de nada. Ni siquiera mi marido dijo algo luego de que el doc se fue. Y hasta el día de hoy, no se lo había contado a nadie. Pero cuando lo recuerdo, me río sola...

jueves, 17 de febrero de 2011

Fantasmas... para ahuyentar!

Hace tres días comencé con unos dolores terribles en la vejiga y en la uretra, que empeoraban cada vez que iba a orinar, haciéndose sostenidos y agudos. Sin perder tiempo, ingresé un urocultivo en el laboratorio a la mañana siguiente de que esos dolores comenzaron. Como no paraban, un día después estaba en la guardia del sanatorio. Me pidieron una ecografía y otro urocultivo, ambas cosas las hice ayer. Apenas terminé la eco (eco de vejiga y riñón para ver que el catéter esté en su lugar y que todo esté en orden en esa zona), fui a avisarle al médico de guardia del sanatorio. Tuve la suerte de que, al verme, llamó a mi obstetra que justo estaba por allí con un trabajo de parto. Hablé con él y decidió darme antibióticos preventivos para intentar evitar una nueva infección urinaria. Al principio él no quería para no generar resistencia a los antibióticos. El urólogo era de la misma opinión que él, es decir, tratar de evitarlos. En mi estado, una infección urinaria que se disemina rápidamente en el riñón (porque sube por el catéter) produce una pielonefritis que puede provocar un parto prematuro. Pero claro, el problema es que si creo resistencia a los antibióticos, tanto yo como mi nenita, podemos quedar un tanto desprotegidas. La verdad es que no entiendo demasiado a la medicina. Ayer a la noche los dolores, que nunca se habían ido, recrudecieron a niveles impensables. Tomé un analgésico e intenté dormir, cosa que sólo logré de a ratos. Cualquier decisión que tomo me deja disconforme. Si no tomo los antibióticos preventivos, me da miedo tener una infección y que eso provoque cosas peores. Si los tomo, tengo temor de jorobar a mi beba y a mí (los tendría que tomar por dos meses, al menos hasta llegar a los 7 meses de embarazo) y que la infección venga igual y luego sea más difícil curarla. Me dijeron que tomar mucho líquido prevenía las infecciones y tomo más que mucho líquido. Pero eso me hace ir a orinar muy seguido, y eso empeora los dolores.
Buscamos tanto este bebé que nunca nos planteamos la posibilidad de pensar en la cirugía aquella de uréter que podría arreglarlo y sin tener que seguir con todo esto, porque en aquel momento, teníamos que hacerla estando yo en el primer trimestre y era muy riesgoso: podíamos perder a nuestro bebé. Hoy me pregunto si hicimos bien. No me arrepiento de nada y sé que puedo soportar dolores increíbles con tal de que todo esté bien. Pero mi duda es si todo esto no terminará jodiendo a mi hijita: tratamientos, infecciones, antibióticos...
No logro ahuyentar esos fantasmas. Tampoco estoy mal: estoy con la armadura puesta, dispuesta a enfrentar lo que sea que venga. Sólo me gustaría que alguien me diga: "quedate tranquila que tu nena va a estar bien". Sé que todo lo demás, por doloroso o feo que sea, lo puedo soportar y le puedo dar batalla.

Gracias por pasar!

domingo, 13 de febrero de 2011

5 meses

De a poco me voy relajando. No creo que llegue nunca al relax total, a olvidarme del todo de los riesgos y esas cositas. Pero al menos no vivo sintiendo que en cualquier momento puede ocurrir una catástrofe. Mi panza ya se nota bastante más, engordé un poquito más (estaba preocupada porque no engordaba nada! pero vamos mejorando), y Verita sigue diez puntos. Se mueve como loca, no todo el día - por suerte! - pero sí varias veces, lo cual me deja tranquila, sé que está ahí moviéndose y entonces todo es mejor. A veces se empecina en patearme la vejiga, zona sensible si las hay en mi pobre cuerpito debido al catéter, pero respiro hondo y trato de contener el dolorcito que me provoca. Este segundo catéter no ha sido fácil de sobrellevar tampoco, si bien los dolores han sido menores en lo inmediato (es decir, apenas lo pusieron), vienen durando bastante más tiempo. El urólogo, el mejor médico que tuve en mi vida  (no sólo un excelente profesional hiper reconocido en todo el país sino una persona única, humana, contenedora), espera que este catéter pueda "tirar" el resto del embarazo y luego del parto se verá cómo se sigue. Claramente, me acerco al cuchillo, je! Porque parece que la única solución definitiva para todo esto es el cuchillo. Pero bueno, no queda otra.
Las contracciones han cesado y sólo tengo las normales para esta altura del embarazo. Hace un par de días me asusté porque la panza se puso super dura y fue un rato larguísimo, pero luego cedió y ya no volvió a pasar. Estoy en alerta todo el tiempo pero aún así sigo relativamente relajada, aunque parezca una contradicción.
Por momentos siento culpa por no poder vivir este embarazo con plenitud, pero después pienso que es lo que me tocó, y que no puedo ser siempre la "superchica" que sigue adelante como si nada pasara: en mi vida sí pasa, no sólo lo anterior (que no es poco), sino que no es lo más común iniciar un embarazo con una intervención en quirófano y luego vivirlo con un catéter puesto (que es doloroso) y saber que hay riesgos que no se pueden controlar. Así que me tengo que convencer: el mío no es un embarazo "normal", es un embarazo de mediano riesgo, tampoco de alto, pero algo de riesgo hay. Así que habrá que respirar hondo y seguir adelante... que la vida no ha sido fácil en general, ya lo sabía ,ja!
Compré algunas ropitas para Vera y eso me hizo sentir mejor. Era tanto el miedo que tenía que me paralizaba y sentía que debía esperar, al menos, hasta los 7 meses de embarazo. El temor no se ha ido pero no puedo suspender la vida hasta nuevo aviso, y mi vida hoy en día es con una nenita en la panza, es con un embarazo de 5 meses, y con toda la esperanza de que llegue a buen término y de que nazca sana y en su fecha.
Volví a trabajar y eso me alivia, porque si bien cada domingo a la noche - como hoy - me pesa pensar en el lunes, luego tener las horas ocupadas hace todo más llevadero para mi loca cabeza que, lamentablemente, nunca para.
Vera es un nombre ruso y quiere decir FE. La fe no es sólo religiosa o cristiana. Elegimos ese nombre porque nos gustaba, no por su significado, pero pienso que de todos modos no deja de ser un sentido muy fuerte el que transmite.
Y en eso estoy, tratando de cultivar la fe de que todo, finalmente, va a salir bien.
Gracias por pasar.

domingo, 30 de enero de 2011

Miedos y más miedos

Supongo que es normal quedar atemorizada. Yo ya fui siempre una persona temerosa, desconfiada de lo bueno, porque ¿cómo me van a pasar cosas buenas a mí? Pero después de la internación y una semana de reposo con contracciones quedé doblemente atemorizada. Cualquier dolorcito me hace pensar cosas horribles. Tengo miedo de qué pueda pasar con el catéter... ¿y si me lo tienen que cambiar una vez más? (y todo se complica más y más a medida que el embarazo avanza, porque la panza corre todo de lugar y hace más difícil el acceso). ¿Y si no lo pueden cambiar y me tienen que operar estando embarazada? (y pienso que si un simple cambio de catéter me generó tantas contracciones, una cirugía podría ser un desastre!) ¿Y si mi beba no está del todo sana? ¿Y si todo esto le afecta demasiado? Y miles de miedos más que no cuento para no aburrir. Pero tengo todo el tiempo la sensación de que mi cuerpo no es un lugar seguro para mi hijita como debería serlo. Obviamente se tiene que quedar acá sí o sí 4 meses más!!! pero todo el tiempo tengo el temor de hacerle daño, de desbordarme, de no poder afrontar lo que venga... y eso me pone muy triste. Gracias por leer.

jueves, 20 de enero de 2011

Sigue el baile

Parece que esto seguirá siendo movidito sin remedio. Y los miedos entonces no se  van a ir tan fácil. Les escribo desde un reposo obligado en mi cama, pero al menos es mi cama. Escribo mientras siento ir y venir mis contracciones, que no deberían estar.
El domingo llegamos de vacaciones tipo 20 hs. A las 23 nos fuimos a dormir. A la 1 am me desperté dolorida. A las 3 am el dolor era tan fuerte que me doblaba y no podía caminar. En ese estado me fui a la guardia y automáticamente me dejaron internada por orden telefónica de mi obstetra. Lloraba del dolor, nunca me había pasado. Y por supuesto lloraba de miedo. Me pidieron ecografías pero pasaban las horas y nadie me las hacía, en realidad se suponía que llegaban a las 8 los ecografistas.
Se las hago corta: después de 5 ecografías y dos resonancias magnéticas, después de varios análisis y visitas del urólogo, el obstetra, el clínico y el cirujano, se llegó a la conclusión de que tenía una infección urinaria y de que, seguramente, se había subido al riñón por el catéter. Me dieron antibióticos por vía endovenosa, analgésicos variados, y se decidió que me cambiarían el catéter el día miércoles. Ese día me trasladaron de sanatorio y volví a pasar por el quirófano para cambiar el bendito catéter, que estaba obstruido y seguramente lleno de bacterias (suben con mayor facilidad porque es un plástico sin defensas como puede tener el organismo).
Al salir del cateterismo comenzaron las contracciones. Me hicieron medicación para frenarlas. Se calmaron u npoco pero no desaparecieron. Así que hoy me dieron el alta y, previo paso por la guardia de obstetricia, me mandaron a casa con orden de reposo absoluto. Mañana veo a mi obstetra y me dirá cómo seguir.
Vera está diez puntos, al menos en la eco se la vio vivaracha y movediza.
Pero díganme uds cómo hago yo para sacarme el terror que tengo encima. Y las ganas de llorar que no paran.

domingo, 9 de enero de 2011

Asi estamos

Fueron dias muy muy duros los que pasaron. A ese episodio del dia 25 de diciembre que les conte en el post anterior, se sumaron otros, que vinieron dias mas tarde. El barba y yo nos fuimos de vacaciones junto con su hijo, y las tres primeras noches me las pase temblando de miedo, sin saber si tenia mini ataques de panico o que (perdon la falta de acentos, estoy en cyber). Horas y horas sin dormir, esperando que llegara el alba porque asi lograba tranquilizarme, vaya a saber por que. La acidez no me deja en paz y eso hace que casi no pueda comer porque todo me cae mal, entonces me persigo terriblemente preguntandome si Verita estara bien, si estara sana. Hace unos dias habia comenzado a sentirla, todos los dias un poquito, pero de pronto ya hace dos dias que no la siento. Estoy en la costa y estoy tratando de mantener la calma para no salir corriendo todo el tiempo a una guardia, pero estos dias se me hacen muy pero muy dificiles. Tengo miedo de no poder cuidar bien a mi bebita, de no ser una buena madre para ella. Soporto estoicamente todos los sintomas y los miedos, aunque me desespere, aunque me sienta morir.
Escucho que otras embarazadas estan disfrutando a full sus embarazos, ya no tienen sintomas y entonces comen, salen, se alimentan... nada de eso me pasa. Mi pancita es diminuta, casi inexistente. La gente ni se da cuenta de que estoy embarazada y yo misma por momentos me olvido. La culpa no me esta dejando vivir, no se si estoy haciendo las cosas bien o no. ¿Algun dia se terminaran los miedos y las preocupaciones En fin... espero que si porque no me esta resultando nada facil estar asi.
Cuando vuelva, y este en mi pc, contare mas detalles y como tengo una eco justo el 17 podre tener novedades mas frescas acerca de como esta mi nenita. Besos a todas y gracias por pasar.