Me llamo Lucía. Alguna vez me hice llamar Milena. Pero no, me llamo Lucía, tengo 34 años, transité la infertilidad, y con ella vinieron mil problemas más... todavía los padezco... necesito contarlos y compartirlos. Gracias por estar ahí.

martes, 22 de febrero de 2011

La anécdota graciosa....

Entre tantos miedos y pálidas, me olvidé de contarles algo gracioso que me pasó, aunque en realidad me dio muchísima vergüenza y recién ahora puedo reirme tranquila.
Primero les voy a poner las cosas en contexto, como para que puedan apreciar el papelonazo que viví. El urólogo que me atiende es un señor de 70 años, muy respetado y reconocido, pero sobre todo, muy humano, muy amable, y muy de guardar las formas sin ser necesariamente acartonado. Es conocido de mi suegro, y no sé si será por eso, pero siempre está pendiente de todo, y cuando estuve internada pasó a verme 4 o 5 veces por día. Incluso el día que él me iba a cambiar el catéter, yo tenía que trasladarme de sanatorio, y debía llegar a donde él me intervendría a las 8. Como había pasado toda la noche con fiebre, a las 6.45 lo llamamos para comentarle y preguntarle si la intervención se haría igual. El dijo que sí, que con más razón, porque seguramente la fiebre era a causa de la infección del catéter. Pero no le bastó con eso: a las 7.20 estaba en mi habitación para "dejarme tranquila", cuando en realidad en 40 minutos yo me tenía que trasladar hacia el otro sanatorio (en donde él trabaja). En fin, el día de la intervención, pasó 4 veces a ver si estaba todo ok. Al día siguiente vino a la mañana muy temprano a darme el alta, entró, prendió la luz de la habitación y yo me incorporé para recibirlo. Y entonces, sí, señoras y señores.... me tiré un pedo!!! qué horror!!! qué vergüenza!!! con la habitación en silencio total, y sin hacer ningún esfuerzo, simplemente se escapó, estruendoso... ni les digo del color que me puse. Pero nadie dijo nada de nada. Ni siquiera mi marido dijo algo luego de que el doc se fue. Y hasta el día de hoy, no se lo había contado a nadie. Pero cuando lo recuerdo, me río sola...

9 comentarios:

  1. jajja Mile me hiciste largar una carcajada en el trabajo!!!
    Me mueroooo, yo soy pedorra por naturaleza y los 3 meses de embarazo era una cosa incontrolable!!!
    Pobre mi salte se queria morir jua jua por que yo nos los podia NI QUERIA controlar jajaj!!!
    Muy buena la historia, me imagine hasta la cara del doc y todo jijij!!!
    Besotes
    Mimi

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  2. Jajajajaja!! y de los sonoros!! Pero lo hubiera blanqueado, pobre doctor, jaja Claro que un médico acostumbrado a los detalles más escatológicos a lo mejor ni lo registra

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  3. Nooo me salió una carcajada porque no me lo esperaba!! En fin, una se quiere morir pero estoy segura de q el doc ni se inmuto!!
    Besoo

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  4. Chicas! para mí que lo re escuchó, había silencio total en la habitación, pero el tipo es un caballero y se quedó en el molde. Lo peor es que yo ni siquiera intuía que venía un flato... qué horror!!! lo vuelvo a recordar y me vuelve a dar vergüenza!!!
    Mimi, sabés que en el primer trimestre de embarazo también tuve muchos pero muchos gases. Yo esperaba que mi marido se fuera y les daba rienda suelta. Lo que sí no podía controlar eran los eructos. Qué horror!!!
    Además, cuando estuve internada, en un momento tuve muchísimos vómitos, entonces el Barba me acompañó al baño para poder tenerme el suero (normalmente iba sola pero en ese momento claramente no llegaba si me iba sola arrastrando el suerito), así que me arrodillé al lado de inodoro y me vomité la vida... y en medio de eso, también, otro gas!! El otro día le dije al Barba: ya no me queda casi nada por hacer delante tuyo, todas las cosas vergonzosas me han ocurrido (y siempre fui cuidadosa, pero se ve que no siempre se puede controlar todo). Y sabés qué me contestó él? "No, todavía falta que te cagues encima mientras estás haciendo fuerza para parir". LO ODIOOOOOOO. Porque sé que es probable que eso ocurra. En fin!

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  5. jajajaja, que apuro, no??? acabo de llegar a tu blog y me encuentro con esto!!!

    Ahora en serio..enhorabuena por tu blog!!! te leeré cuando pueda porque estoy segura de que puedo aprender muchisimo de el.

    Si quieres conocerme, te invito a qeu visites mi blog http://creciendocondavid.blogspot.com/

    Saludos.

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  6. Mile: Me morí de la risa!!!! Sé que debe haber sido horrible para vos en ese momento, pero lo contaste tan gracioso :)
    Es así, una siempre guardando las composturas hasta que el destino hace que quedes mal. Igual a los médicos un pedito no les asusta, ven, oyen y huelen cosas peores, te lo aseguro. Además, se te permite por estar embarazada :)
    Te mando un beso grande, y gracias por haberme hecho reír con tu relato. Noe

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  7. Ay Mile, qué verguenza jajajja! Divertido a la distancia, pero me imagino el momento!!! Bueno, ALGO gracioso tenía que haber entre tanta angustia. Beso grande!!

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  8. Hola hermosa, me gustaría saber como vas, espero que muy bien, ya falta poco para tener a la gordita en tus brazos...

    Morí de risa con la anécdota.
    A mi un paciente con diarrea me ensució todo el pantalón y las sandalias al darlo vuelta para auscultarle los pulmones, por suerte él estaba moribundo y no se dió cuenta, siguió su ruta sin vergüenzas...

    Te mando un besote gigante.

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  9. Noe! sí, ya sé que un pedito no les asusta, pero para mí fue una de las peores cosas que me pasó (hablando de vergüenza, claro!).
    Pachu, sí, al menos algo gracioso en medio de tanto lío!
    Chipi, qué horror lo que contás vos!!! los médicos deben tener millones de esas anécdotas, pero para mí que soy tan limpita y cuidadosa fue algo horrible...
    Les mando un abrazo enorme!!

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