Me llamo Lucía. Alguna vez me hice llamar Milena. Pero no, me llamo Lucía, tengo 34 años, transité la infertilidad, y con ella vinieron mil problemas más... todavía los padezco... necesito contarlos y compartirlos. Gracias por estar ahí.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Miedos

¿Algún día se irán los miedos?
Estos días fueron un poco difíciles para mí. El calor me hace realmente muy mal, me afecta mucho, me hace sentir pésimo. No tengo hambre y eso me da culpa por mi chiquita... me pregunto si se estará alimentando bien a pesar de todo, si podrá crecer bien. Pero yo no puedo comer: entre el calor y la acidez, que nunca jamás me abandonó, comer se me hace cuesta arriba.
Así fue como pasaron las cosas el sábado 25. Como les había contado, me fui a la misa del padre Ignacio para agradecer por este embarazo. Llegué 7.30 y me tocó en el piso de arriba. Me quedé esperando un buen rato pero no pude quedarme hasta la bendición: cuando eran ya las 11.30 cortó las bendiciones porque debía iniciar la misa siguiente. Una pena porque el próximo "turno" era ya el de la gente de arriba, justo el sector en el que estaba yo. Pero el Barba me estaba esperando y además el calor ya se me hacía insoportable. Además, había ido a agradecer, y eso ya estaba hecho. También pedí por todas ustedes, porque sus embarazos lleguen pronto, y por el buen curso de los embarazos que ya están en camino. En fin, me fui a las 11.40. Llegué a casa, buscamos al nene del Barba y nos fuimos huyendo a una pileta un poco lejos de la ciudad. Cuando volvimos, pasamos por lo de mi suegra a buscar los regalos (por supuesto, no le compró nada a nuestro bebé en camino, mientras que al hijo del Barba le regaló 10 cosas distintas!).
Llegamos a casa, me duché y me fui a dormir, estaba muerta. A la hora y media me despierto sobresaltada, sentía que me ahogaba, me dio muchísimo miedo. Sentí náuseas y un fuertísimo dolor de cabeza, muchas ganas de ir al baño y, sobre todo, MIEDO Y MÁS MIEDO. Hace tiempo tuve ataques de pánico, ahora hacía mucho que no me pasaba... yo no sabía bien qué estaba pasando, tuve miedo por la bebé. Me descontrolé, comencé a desesperarme, a llorar, a gritar... El nene del Barba se re asustó (eso me llena de una terrible culpa también), nunca me había visto así, yo lloraba, me quería ir a un sanatorio en donde alguien pudiera decirme que mi bebé estaba bien... El Barba no es muy contenedor a veces, me trató un poco mal, me decía "tranquilizate!!!" y yo no podía. Llamamos a un médico a domicilio y mientras lo esperaba yo temblaba como una hoja, todo mi cuerpo se sacudía sin parar. Obviamente, no podía tomar clonazepam ni nada por el estilo. Finalmente pude ir tranquilizándome, todo eso mientras iba al baño sin parar, tomé reliverán y eso. Cuando la médica llegó, yo ya estaba mucho mejor. Pero el nene estaba super asustado, preocupado, nunca me vio así. Y yo me sentí pésimo. No pude dormir, pensando en si de verdad sería una buena madre, si estaba preparada para esto o no, y lamentándome por la suerte de mi chiquita, a quien le va a tocar nacer con esta mamá inestable... Hoy todavía estoy triste y lloriqueo de a ratos porque me siento una verdadera basura. En fin, espero que se me pase, por suerte mañana tengo entrevista con mi analista. Y el jueves nos vamos de vacaciones por 15 días, ojalá eso me despeje. Besos a todas, que tengan un excelente año, y gracias por pasar.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Buenas ondas para SOL

Chicas, avisó Mimí ayer que Sol está internada por neumonía y muy asustada, parece que además los miedos ("la tontería", le decía un paciente pequeñito de Freud a estos síntomas) han vuelto a rondar. Estoy apurada y no puedo contestar sus comentarios pero no quería dejar de avisarles esto para que le mandemos nuestra mejor onda y energía positiva a Solcito, para que salga pronto adelante, como lo hizo tantas otras veces.
SOL, AMIGA, ESTAMOS ACOMPAÑÁNDOTE TODAS!!! A NO BAJAR LOS BRAZOS!!!

jueves, 16 de diciembre de 2010

Noticias (especialmente dedicado a Noe)

Amigas, vengo de hacerme una ecografía. En realidad, vengo de controlar mi riñón y el catéter. El riñón está diez puntos: como si nunca hubiese tenido nada. Un riñón normal. El catéter sigue en su lugar, bien colocado.
Obviamente, ya que estaba ahí, me hice una eco de mi baby. Está creciendo super bien. Ya no se lo ve más "acostado", sino que está como doblándose, es decir, para verlo hay que verlo por partes, ya el ecógrafo no lo toma todo. El ecografista me dijo que todo marcha fantástico. Y obviamente le pregunté si le podía ver el sexo. Buscó, buscó, y finalmente lo vio: ES UNA NENA!!!
Parece que la tía Noe tenía razón: un bebé con tanto agarre, fuerza y empuje, capaz de soportar estas adversidades... pues tenía que ser mujer!!!
Igual, ya saben, estas cosas hay que volver a confirmarlas. Recién estoy de 15 semanas y se puede prestar a errores. Pero todo apunta a que es una niña.
Bueno preciosas, gracias por seguir pasando. Nos seguimos leyendo.

domingo, 12 de diciembre de 2010

2009 / 2010

Parece que la vida da revanchas. Esto no es algo que yo hubiese experimentado con demasiada frecuencia, y a decir verdad, estaba esperando que llegara "mi turno". Pues bien, al parecer, llegó.
A fines del año pasado, 2009, el panorama de mi vida era gris tirando a negro.
El 21 de diciembre me enteré que me habían asignado una beca postdoctoral en CONICET (yo me había postulado, obvio). Estaba super feliz por todo lo que implicaba para mí, pero también un poco asustada porque debía quedarme adentro todo el verano terminando mi tesis doctoral. Estaba dispuesta: el barba sacó pasajes para irse a la costa con su hijo y yo aprovecharía esos días para avanzar a full.
El 22 de diciembre fui a buscar el resultado de la histerosalpingografía: prueba de cotte negativa a la izquierda, prueba de cotte positiva patológica a la derecha. Traducción: por la izquierda no pasaba nada de líquido, por la derecha pasaba hasta la mitad y luego se "trababa". Podía ser incluso un hidrosalpinx. Fui a la ginecóloga (yo hasta ahí no entendía esos términos) y fue contundente: con estas trompas lograr un embarazo va a ser casi imposible. Tenés que consultar un especialista en fertilidad.
Ella también le había pedido un espermograma al barba, que fuimos a buscar el 24 de diciembre por la mañana, en medio del brindis de las empleadas del centro de fertilidad. Como el barba ya tiene un hijo, descartábamos que iba a estar todo bien. Pero el resultado era medio raro: "normales: 7%" Nos parecía muy poco!!!
Imagínense que encontrar un turno con un especialista en fertilidad para esa fecha era misión imposible. Por suerte un amigo del barba nos atendió el 28 y nos tranquilizó un poco: indicó una laparoscopía y le dijo que 7% para ese laboratorio estaba bien porque usaban otros parámetros. Pero recién el 21 de enero tenía turno con quien después sería mi médico.
El Barba me dijo, con mucho tino, que me fuera con ellos esa semanita de vacaciones, que no me quedara sola llorando y sufriendo. Y me fui, y no la pasé bien tampoco. Al volver colgué mi tesis, renuncié a la beca postdoctoral, y me operé apenas pude. El resto de la historia ya la conocen.
Este año se acerca fin de año y estoy embarazada. Nos vamos de vacaciones 15 días los 5: el Barba, su niño, nuestro niño en mi panza, la perrita, y yo. Esta navidad me encuentra de otro modo: feliz. Con temores, como siempre, pero feliz. Obviamente, quienes leyeron el post anterior recordaran mi día de navidad en la iglesia del Padre Ignacio. Este 25 iré de nuevo: siento que debo hacerlo, y ya conocen todos mis reparos con ese tema, pero no así con el Padre Ignacio. En la cajita que estoy haciendo en donde guardo los regalitos que va recibiendo mi bebé, hoy puse los escarpines que me dieron en la iglesia aquel día. Escarpines que seguramente usará porque si todo sigue bien nacerá con frío.
Miro hacia atrás y pienso: finalmente no pasó tanto tiempo entre aquella noticia y este embarazo. Sólo ustedes pueden imaginar lo eternos que fueron esos meses en el medio, el dolor que sentí cada vez, la frustración frente a las malas noticias (no ovular, los folículos luteinizados, los folículos residuales, el riñón hecho miércoles, etc). Por eso seguimos siendo compañeras de ruta. Porque nos entendemos, nos leemos, nos apoyamos. Esta navidad - fecha que a mí me suele pasar casi desapercibida, sin pena ni gloria, por mi falta de cultura religiosa - voy a pedir por todas ustedes. Iré a la iglesia el 25 y llevaré conmigo el nombre de cada una. No sé en qué creo, pero sé que esto que estoy viviendo, finalmente es cierto.
El jueves próximo tengo que controlar el catéter y mi uréter, que se viene quejando. Pero eso es otra historia. Gracias por pasar y por leer.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Mi relación con la religión. Mi experiencia con el padre Ignacio. Parte II

Cuando volví de Roma decidí estudiar Historia. Y allí me encontré, entre otras cosas, con que estaba absolutamente probado que la Biblia había sido escrita a lo largo de los siglos por distintos cuerpos de escribas, y que lo de la inspiración divina de estos escribas es algo también improbable. La Biblia tiene características parecidas a otras religiones con las cuales los cristianos tuvieron contacto, etc. Pero luego estudié las cruzadas, el modo en que se conformó el poder papal, la inquisición, la condena a Galileo y a Giordano Bruno, y más cerca en el tiempo y en el espacio, me enteré de cómo la iglesia y muchos curas avalaron la masacre argentina durante la dictadura, llegando a justificar incluso el asesinato de sus pares, también curas, pero "del tercer mundo".

Por mi otra profesión sé que no es Dios quien decide nuestros destinos, sino que gran parte de él está en nuestras manos, en lo que seamos capaces de hacer. De ahí esa rabia que me invadía cuando lloraba por no quedar embarazada y escuchaba comentarios que decían "nuestro tiempo no es el tiempo de dios, el tiempo de dios es perfecto, él sabe lo que hace", etc. Y todo eso mientras yo veía todas aquellas situaciones que todas vivimos mil y una veces, de madres que no quieren ser madres, o que abandonan y/o descuidan a sus hijos, etc.

El 22 de diciembre de 2009 me dieron el resultado de mi histerosalpingografía, que decía que tenía las dos trompas obstruidas. Mi ginecóloga había sido clara: "con tus trompas en este estado es casi imposible que quedes embarazada". El día 24 de diciembre de ese año a la mañana, fuimos a buscar el espermograma del Barba, y decía que sólo tenía un 6% de espermatozoides sanos, lo cual estimamos que era muy poco. Sabía que el 25 de diciembre, día de la navidad, el padre Ignacio daba una misa para las parejas que no podían quedar embarazadas. Le pedí al Barba que fuéramos y me sacó cagando (el es ateo sin contradicciones). El 25 me desperté a las 6 am: les confieso que es el día ideal para ir a lo del Padre Ignacio. No viajan traffics o colectivos de ningún lado. La mayoría de la gente está durmiendo la borrachera de la noche anterior. La gente que vive lejos no viene, porque pasó la nochebuena con su familia. Y tuve la suerte, además, de que esa mañana lloviera. Llegué a la iglesia a las 6.50 y me senté entre las primeras. A las 8.30 empezó la misa, aunque el padre había comenzado con las bendiciones a las 7.45. Escuchamos la misa y luego pasamos de a una (persona o pareja). Al llegar adelante, me dieron para que tuviera en mis brazos a una estatua de madera del niño Jesús recién nacido. Ahí me conmoví bastante. Cuando llegué delante del padre, me tocó, abrazó y esas cosas que él hace. Me tocó los ovarios, me dijo lo que le dice a mucha gente: "no tengas culpas", cosa que a mí no me afectó particularmente porque no sentía tenerlas. Luego me dio la medallita, y me mandó con una de sus colaboradoras. Ella me dio "tarea" con agua bendita, oraciones y no sé qué más. Me dieron para elegir unos escarpines de un canasto gigante en donde había cientos de ellos, bendecidos. Luego, me dijeron que tomara un pan dulce bendito, de otra montaña inmensa. Hice todo eso. Busqué el agua bendita. Y nunca pude hacer la tarea porque me olvidaba, porque no tenía a mano el padre nuestro o el ave maría (les dije que no los sé y los tuve que bajar de internet e imprimirlos), porque no estaba en casa, o bien porque me sentía sumamente tonta. No quiero ofender a nadie, sólo estoy contando lo que a mí me pasó.

En fin, la experiencia con el padre Ignacio no fue especialmente shockeante para mí, ni me trajo la gran paz que muchos dicen que les trae, pero me fui contenta y conforme, y también conmovida por ese instante con esa estatua de madera en mis brazos. Un mes y medio después me estaba operando para sacar esa horrible endometriosis. Desde entonces, no había vuelto a lo del Padre, pero cuando quedé embarazada, como muchas de ustedes saben, tuve la necesidad de ir a agradecer a la iglesia, cosa que hice. Mi padre, que sigue siendo muy creyente, me había dicho que él, estando rezando en la iglesia, había sabido (no sé cómo) que yo quedaría embarazada antes de que terminara el 2010. No le quise prestar demasiada atención, sobre todo para no hacerme ilusiones.

Este sábado volví a la iglesia del Padre Ignacio y agradecí. Sin saber siquiera cómo se reza, pedí por todas ustedes, mis compañeras de lucha, mis amigas virtuales, con mi pensamiento, con todo mi amor y mi fuerza. Dejé los papelitos que me habían pedido cerquísima de una de las figuras de la virgen, y muy cerca del altar. Respeto profundamente a quienes creen, a quienes tienen fe, y muchas veces me gustaría formar parte de ellos. Tengo claro que no creo en los rituales, ni en la iglesia, ni en las instituciones. Creo sólo en los hombres que lo merecen. Y quizás, por qué no, en que hay algo o alguien más allá que algo hace. Pero que no siempre es justo ni deja de serlo, simplemente esas son las cosas que nosotros necesitamos endilgarle a alguien más allá de nosotros. Eso pienso, y no descarto cambiar de opinión en un futuro próximo o cercano, como lo he hecho en más de una ocasión.

Besos y gracias por leer, si alguna leyó toooodo este relato (parte I y parte II) se ha ganado realmente mi simpatía, que seguro ya la tenían, pero ahora un poquito más. No sirve de mucho, pero algo es algo ;-)

Gracias por pasar!!

Mi relación con la religión. Mi experiencia con el padre Ignacio.

Bueno, como prometí en un post anterior, aquí les cuento un poco cómo fue y cómo es mi relación "esquizofrénica" con la religión. Y de paso les voy a contar mi experiencia con el padre Ignacio. Es un post largo, así que ármense de paciencia. Si se aburren, pasen por el post "si querés llorar, llorá" y dejen su consejo de película para hacer catarsis, que nos va a venir bien a más de una.

Soy hija de una madre atea casi fundamentalista en su ateísmo. Y de un padre católico hasta la médula. Con lo cual, como podrán imaginarse, los problemas comenzaron desde pequeña. Por suerte se pusieron de acuerdo en algo: no bautizarían a sus hijos. Mi padre tiene una fe inconmovible, pero respeta con la misma potencia todas las otras religiones. Piensa que Dios es sólo uno, y que el hombre le adjudica, de acuerdo a su historia y su cultura, diferentes formas de presentarse y de rendirle culto. Por ese motivo, a pesar de ser creyente, cree que cada uno debe elegir qué quiere hacer para su vida. Por lo tanto, nada de bautismos: cada uno de nosotros elegiría si quería ser bautizado o no, cuándo, y en qué religión. Obviamente, en tanto no fuimos bautizados, tampoco nos mandaron a catecismo ni tomamos la comunión.

Ambos padres, además, confían, creen y sostienen a la educación pública. Entonces mi formación fue esa y no confesional. Al iniciar tercer grado, nuestra maestra nos dictó una oración para poner en el cuaderno: era una oración en donde se pedía a la virgen que nos ayude y nos guíe en el camino que emprendíamos ese año. Como podrán imaginarse, mi madre vio eso y puso el grito en el cielo. Al día siguiente fue a hablar con la maestra, a recordarle que esa era una escuela pública y, por lo tanto, laica. Minutos después, la maestra entraba al grado y preguntaba con malicia: "¿quién de ustedes no cree en Dios?". Y yo levanté la mano con convicción. Fui la única, obvio. En el recreo, mis compañeros me llenaron de preguntas y me miraban como bicho raro (recuerden que teníamos sólo 8 años) y me decían que cómo podía ser que no creyera. Horrible. Como dije alguna vez, siempre fui una olfa importante (además siempre me gustó leer, leía desde los 4 años y me pasaba horas y horas leyendo libros, novelas y afines), así que al día siguiente comencé a leer la biblia por mi cuenta, obvio que me salteaba bastantes párrafos y cosas que no entendía. Pero cuando retornamos de las vacaciones de invierno desafié a más de un compañero a comparar sus conocimientos bíblicos con los míos. Y ese fue mi primer acercamiento a la religión. Lo que leí me había parecido un relato bastante convincente, aunque no había bastado para que me acercara a la iglesia ni nada de eso.

En séptimo grado, tuve una maestra que captó con bastante rapidez mi interés en ayudar a los otros, en ser solidaria y en preocuparme por los demás. Me invitó a participar del coro de la iglesia para ayudar a los más chiquitos a quienes les costaba la lectoescritura, y de paso cantábamos. Iban varios de mis compañeros. Así que comencé a ir, y eso implicó ir todos los domingos a misa a cantar. Y sentirme un bicho raro porque no sabía ni el padre nuestro, ni el credo, ni el ave maría, ni nada. Ahí fue mi primer desencanto: veía arrodillarse y persignarse a gente muy mala, conocida en el pueblo por su maldad e hijaputez. Había algo que no entendía. (Yo vivía en un pueblo muy muy pequeño cuando era chica). Desde allí en adelante abandoné la religión, lo poco que había recibido de ella.

Cuando ya estaba terminando la secundaria, me sumé, junto con la atea de mi madre y mucha gente más, a colaborar con el cura del pueblo, un tipo único, absolutamente comprometido con su gente, quien creía que ser cristiano tenía que ver con ayudar al prójimo, con darle al pobre ayuda, con practicar cada día la solidaridad, el compartir, y esas cosas maravillosas. El había armado un comedor inmenso, mi pueblo era un pueblo muy pobre, él le daba de comer a muchos chicos, cientos y cientos, e iba casa por casa pidiendo colaboraciones para su comedor. Mis padres, que tenían posición económica estándar por entcones, iban todos los meses al Makro y compraban lo que él les pedía. Si eso implicaba quedarse sin alguna salida o sin darnos algún gusto, pues no importaba. Al comedor se iba a servir: éramos nosotros los que servíamos a nuestros hermanos. Pelábamos cebollas, ajos, cortábamos pimientos, tomates, carne. Lavábamos platos, servíamos la comida, levantábamos la mesa, íbamos y veníamos por los pasillos atiborrados de gente quemándonos con las fuentes y asegurándonos que todos recibieran su ración. Demás está decir que NUNCA NINGUNA AUTORIDAD NI ORGANISMO OFICIAL DE LA IGLESIA LE DIO NADA A ESTE CURA. Al contrario: como él no pasaba la cuota que debía a la iglesia, lo "castigaron" dejándolo sin ascenso en el pueblo. Cosa que él agradeció infinitamente, porque no quería irse, y porque todos lo adorábamos (salvo quienes creían que "los negros" eran peligrosos y no había que darles nada).

Así fue como comencé a creer en las personas y no en las instituciones. En los hechos y no en las palabras. En el amor al prójimo en cualquiera de sus formas, y no en oraciones recitadas de forma vacía porque al instante esa misma gente maltrata a quienes menos tienen o dice que "a los negros hay que matarlos a todos". Y comencé a alejarme de la Iglesia, porque era cada vez más grande, y me daba cuenta de que se trataba de una institución deplorable, que estaba llena de hijos de puta que se escondían tras la fachada de la religión. Cuando terminé 5to año viajé con mi familia a Roma, nuestro primer viaje fuera del país, y cuando entré al vaticano, me conmoví hasta las lágrimas con la escultura "La piedad", de Miguel Angel. Pero me llené de odio viendo tanto oro, tanta opulencia, tanta ostentación. Las contradicciones otra vez a flor de piel.

CONTINUARÁ

viernes, 3 de diciembre de 2010

Padre Ignacio

Hola a todas!!!
estoy super apurada, llegando tarde y hoy tengo un día de locos. Pero quería contarles a quienes todavía no lo saben que mañana estaré en la iglesia del Padre Ignacio. Yo no creo en Dios, o no creo en la Iglesia, no lo tengo muy claro aún. Aclaro esto porque no me sé ni el padre nuestro!!!
No obstante, creo en la gente, en alguna gente. Entre ellas el Padre Ignacio. Llevaré a todas uds. en mi pensamiento y en mis intenciones, pero si alguna quiere algo extra que pueda hacer, desde ya me lo pide. RECUERDEN QUE VOY MAÑANA SABADO 4 DE DICIEMBRE. Voy al bautismo de la hija de una amiga.
En otro post con más tiempo les cuento mi experiencia con el Padre y mi relación esquizofrénica con la religión.
Abrazos!!!!!!!!!!

jueves, 2 de diciembre de 2010

Si querés llorar, llorá!

Estaba leyendo algunos post de Mimí en "Luchando por el milagrito" y contaba acerca de las películas que la hacían llorar, en momentos en donde por ahí una necesita descargar.
Yo no soporto las que son demasiado tristes porque sí, pero me gustan las de amor que en algún momento me hacen emocionar.
Mimí mencionaba Griffin & Phoenix, que es para llorar sin asco.
Sumaba "PD te amo", en la que yo también lloré desde el minuto dos de la peli.
Y yo le contaba que siempre lloro muchísimo, indefectiblemente, con "Diario de una pasión", cuyo nombre original es "The notebook". Me conmueve inmensamente tanto amor.
Ustedes con qué pelis hacen "terapia"? por ahí podemos compartir tips. ESo sí, no me gustan las que tienen golpes bajos...
Besos!!!