Me llamo Lucía. Alguna vez me hice llamar Milena. Pero no, me llamo Lucía, tengo 34 años, transité la infertilidad, y con ella vinieron mil problemas más... todavía los padezco... necesito contarlos y compartirlos. Gracias por estar ahí.

viernes, 18 de junio de 2010

Nacimientos

Ayer nació la hija de una amiga muy querida. Ella es de las tantas que quedaron embarazadas casi del viento, es decir, al primer y único intento, como si en verdad todo fuese extremadamente sencillo.

Debo confesar que cuando me enteré de su embarazo fue la primera vez que me sentí realmente desgraciada. A ella la felicité efusivamente y nunca desde entonces dejé de preguntar por cómo marchaba su embarazo, pero lo cierto es que un dolor inmenso me atravesaba cada vez que nos veíamos. ¿Por qué para algunos es tan fácil y para otros tan difícil? Es una pregunta que no dejo de hacerme una y otra vez. El problema es que, además, no creo en Dios. No me vengan entonces con recetas mágicas acerca de la fe, de la creencia, de que Dios decide y muchos etcéteras. Porque no me cierran ni me interesan.

Estoy aguardando el momento en que nos den el ok para ir a saludar a Luciana, la recién llegada. Mientras tanto, aún cuando me alegra que haya salido todo bien (porque mi tristeza, por suerte, nunca llegó al extremo de hacerme desear algo malo), me pregunto de qué modo podré poner mi mejor cara, intentando olvidar, aunque sea por un instante, que yo no puedo tener esa dicha y esa felicidad en mis manos.
Se me hace cada vez más difícil soportar el karma de la infertilidad, o de las terribles dificultades para lograr un embarazo....

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